Hablemos del
acoso…
“En España, se estima
que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este
fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente.
Los datos se repiten alrededor del
mundo, el acoso escolar afecta a niños de todas las condiciones sociales, está
presente en colegios públicos y privados, en ciudades grandes y en pueblos más
pequeños.”
En un sociedad en que existe una crisis no sólo económica sino,
de valores y de educación, los menores se ven muy afectados, sufren ataques de
la sociedad que los dejan desamparados, de buena educación, de apoyos cuando
les surge un problema, o de darles voto para todas las opiniones que tienen que
aportar para el mejor funcionamiento de todo lo que les rodea.
Una falta de disciplina coherente, basada en normas pactadas
y consensuadas en familia, y una dejadez de mayor motivación por parte de los
padres, para que se esfuercen por conseguir lo que quieran o se propongan, hace
de esta generación , una generación intolerante a la frustración y al No.
Cuando se está acostumbrado a que te den todo lo que pidas, y
la permisividad sea el pan de cada día, el respeto no forma parte de la actitud
de los jóvenes, no lo practican en casa, mucho menos lo harán con los iguales,
para mí, estas razones, hacen que se pueda dar el acoso. La falta de valores,
de educación emocional, acaba desarrollando adolescentes que no saben
expresarse, que no saben cómo gestionar sus emociones, y acaban siendo explosiones
de violencia, ira, y malicia en general son volcadas en compañeros de clase,
vulnerables o sin apoyos para poder enfrentarse a esas situaciones.
El acoso escolar es difícil
de erradicar, son muchas las variables que hacen que se dé y es preocupante que
en los últimos años sea cada vez más frecuente y con resultados tan funestos. La
falta de respeto que se tiene por los demás, hace que no se sea consciente del
daño que se puede estar ocasionando a las personas, daños tanto físicos como psicológicos,
los cuales pueden dejar una huella de por vida.
Existen diferentes tipos de abusos:
Físico:
consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con
objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los
objetos personales de la víctima o robos.
Verbal: es
el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho
poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos,
motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos
ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…
Psicológico:
se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o
dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni
debe hacer…
Social: consiste
en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica,
los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y
no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros
de clase.
Todos estos abusos, no son sólo responsabilidad de los agresores que los llevan a cabo, sino
también de todas las personas que mientras observan dichos abusos, no hacen
nada por evitarlos.
Actualmente,
el ciberacoso es muy sencillo de llevar a cabo, casi todos los jóvenes tienes teléfonos
con acceso a internet, hacen uso de las redes sociales, y se esconden detrás de
una pantalla, para hacer daño a un igual. Este tipo de acoso, tiene una gran difusión,
ya que el daño puede hacerse con un simple click, sin darse realmente cuentas
de los pocos límites que tiene internet, y hasta donde se puede llegar con una publicación
en una red social.
En mi opinión,
es difícil hacer frente al acoso, pero puede prevenirse con una buena educación,
la intervención desde los centros educativos, y la mediación con las familias
por parte de un educador social puede ayudar a que se fomenten, los valores
como la solidaridad, la gentileza, el compartir, el respeto, la ayuda mutua…
Desde los
servicios sociales, se debe hacer prevención primaria, secundaria y terciaria,
potenciando los talleres sobre acoso, las actividades cooperativas, y el
trabajo coordinado escuela-familia-sociedad.
Algo vital
para mí, es la educación emocional, que desde niños aprendamos a gestionar y
conocer nuestras emociones, nos ayudara a ser más empáticos, y saber dónde están
los límites y como debemos relacionarnos con los demás.